viernes, 29 de abril de 2011

Mascotas

Hacía días que la encontraba
extraña, al regresar del colegio, se encerraba en su habitación. Cuando le preguntaba, su respuesta era siempre la misma, "no me pasa nada", pero yo sabía que algo ocurría.
Pensé que estaría pasando por las cosas típicas de su edad, una riña de amigas, le gustaría algún chico, problemas existenciales...
Me dolía un poco que ya no confiara en mi como antes, pero necesitaba su espacio y yo lo entendía.
Pasada una semana, una tarde la oí hablar en su habitación y acto seguido salir corriendo a la cocina y volver a entrar con mucha prisa. Piqué a la puerta y pregunté si todo iba bien, "si mamá"me contestó bastante agitada al abrir la puerta, y un fuerte olor a humo salió de la habitación.¿Estas fumando? "no". Huele a tabaco, no me mientas hija, confía en mi. Sus ojos pusieron una expresión de tristeza que, por supuesto, me conmovió. Cuéntame, insistí acercándome.
Prométeme que me dejarás quedarme con él, dijo con vocecilla cameladora, ¡por favor!
Acercó su mano y me enseñó un pequeño dragón de nariz humeante. ¡Por favor mamá, le cuidaré muy bien!¡Porfa!

jueves, 28 de abril de 2011

Interacción


        El estallido interior que sentían cuando se miraban,
                                                                            el palpitar acelerado,
                                                                                              el cosquilleo en el estómago.
        Notaban la presión en el pecho y el erizar de su vello,
                                                                la pasión que hacía arder sus cuerpos
                                                                                              y llenaba de imágenes
                                                                                                 y sensaciones los cerebros.
        Nunca le pusieron nombre y jamás supieron el significado de la palabra IMPOSIBLE.

miércoles, 27 de abril de 2011

Liando el ovillo

Era un ovillo de dimensiones muy normales, eso sí, los retorcidos hilos que lo formaban le hacían especial, tanto, como a cualquier ovillo.
Muchos cabos componían el intrincado hilo, todos del mismo color. Débiles por separado, entre todos formaban un fuerte bramante.



No les gustó el conjunto y queriendo acabar con la redonda bola que formaba la madeja, cada uno cogió un cabo y tiró de él. Al principio al unísono, poco a poco, iban deshaciendo la bobina. Empezaron los líos y ya no podían seguir todos a una, forcejearon y discutieron, pero ninguno quería soltar el cabo, por lo que continuaron achicando el ovillo. Con el paso del tiempo los hilos enredaron a los sujetos que se aferraban a ellos, formando una intrincada maraña que los terminó atrapando.

El cadejo, visiblemente más pequeño, todavía conservaba su esférica forma y haciendo un último esfuerzo rompió los cabos justo donde se unían al menguado ovillo. Libre, no dudó en alejarse del embrollo, que al intentar devanar su hilo, apresó a los "liantes".

martes, 26 de abril de 2011

Esclavas

¿Por qué no nos gustamos?
Nuestro aspecto físico,
una losa a la espalda.

Nos empeñamos en ser
muñecas perfectas, en
aparecer ante los demás
radiantes, fiándonos de
estereotipos creados por
modas y retocados con
ordenadores, creyendo
en milagrosas cremas y
gastando un dineral en
ocultar defectos
y maquillar la verdad.
Una distorsión que no
nos deja disfrutar de la belleza de nuestros cuerpos, de las imperfecciones que nos
hacen únicas y que para
nada implican fealdad.
Nos dejamos engañar
por una industria que sólo tiene como objetivo ganar dinero, haciéndonos esclavas de
nuestra vanidad y, en algunos casos, llevando la obsesión a límites peligrosos.

lunes, 25 de abril de 2011

El tren de la vida



Representando mi papel, el que supuestamente elegí 
del baúl de las opciones que tenía,
me pregunto si será el acertado, el indicado para mi.
Si el vagón del tren de esta sociedad,
en la que las normas están tan establecidas y acatadas,
terminará descarrilando cuando decida
que no quiero llegar a la estación con el resto de vagones.

miércoles, 20 de abril de 2011

lunes, 18 de abril de 2011

Humo

Se despertó a causa del olor y vio que entraba humo por debajo de la puerta. No intentó abrirla pensando que el oxígeno del cuarto podría avivar las llamas y decidió salir por la ventana. A pesar de que vivía en un segundo piso, el patio al que daba la ventana estaba cubierto con una uralita que techaba el local del bajo, y la altura no era demasiado grande. Aún así, tenía que tener cuidado de no caer a plomo en el débil material. Se descolgó primero de los brazos para que el espacio hasta el techo fuera lo más corto posible y se dejó caer intentando aterrizar sobre una de las vigas. No se rompió.
Cuando se incorporó, miró hacia la ventana por la que había salido y vio como el humo se escapaba sin control. 
En ese momento, el entorno empezó a oscilar.
Sintió la vibración en sus pies, el patio giraba a su alrededor, la ventana se alejaba a toda velocidad y el edificio entero se alargaba hacia el cielo. Lo que antes era un segundo piso, llegó a la altura de un séptimo y la uralita que había bajo sus pies se desvaneció. Un escalofrío le recorrió el cuerpo.
De pronto, la agitación cesó.
Se dio cuenta de que todo era diferente, el techo en el que antes había aterrizado, era un patio de cemento lleno de plantas. Una pequeña mesa y un cenador completaban el desconcertante cambio. La antes cercana ventana se alzaba a una altura tremenda, mientras el humo, seguía saliendo sin parar. Cuando se acercó a la pared, rebosante de enredaderas y flores, dispuesta a trepar por el grueso tronco de una parra, se dio cuenta de lo diferentes que eran sus manos. Huesudas y llenas de manchas, no parecían las mismas. Se tocó la cara en un acto reflejo y sintió las marcadas arrugas que se dibujaban en ella, trasformando su rostro. Había envejecido tremendamente.
Oyó un ruido el lo alto y vio el cuerpo de una joven colgando del alfeizar de la ventana por donde salía el humo. La distancia era grande y su vista estaba deteriorada, pero distinguió aquella cara menuda que miraba hacia abajo calculando la caída.
Era ella, instantes antes de saltar al patio.

jueves, 14 de abril de 2011

Reunión de madres

Reunión de padres en el colegio, que tendríamos que llamar de madres pues rara vez algún padre aparece por allí. Como no, estamos las catorce de siempre de los veinticuatro que deberíamos acudir. En estos encuentros de madres y tutora, debatimos temas importantes de la educación de nuestros hijos, como la fiesta de navidad o los disfraces de carnaval. Otros asuntos menos transcendentales no suponen más que unos minutos en alguna que otra ocasión, el temario del curso o el sistema educativo, carecen de importancia cuando aún está en el aire la obra de este año. Y en este distendido ambiente, decidimos entre todas la mejor manera de confeccionar los trajes que el colegio nos impone. A quien le importa que el nivel de aprendizaje no sea ni mucho menos el óptimo, si nuestros retoños disfrutarán de sus galas de príncipes y princesas. Satisfechas de cumplir con nuestras responsabilidades, quedamos para la próxima cita, la fiesta de fin de curso.

miércoles, 13 de abril de 2011

Olaf el vikingo

Le oímos llegar desde lejos maldiciendo a gritos en alemán, en el silencio del amanecer sus voces parecían truenos. Agitando un palo y con un visible enfado llegó hasta nosotras. Eramos las únicas que estábamos despiertas a esa hora, en aquella playa repleta de tiendas y cuerpos tumbados. Cuando se plantó a nuestro lado, con sus casi dos metros de altura, las ropas ajadas y la larga melena pelirroja chillando a todo pulmón un inteligible castellano, nos pareció "Olaf" el vikingo.
¡¡¡Perro no dormerr a ladrrarr a me desprrtrrar en pedrra mia tirras!!!
¡¡¡Tu palarr perra tu räudiger Hund!!!
Con la boca abierta nos miramos una a la otra. Al estar sentadas nos sentíamos aún más pequeñas ante la mole de músculos que nos soltaba frases imposibles de descifrar y lo único que fuimos capaces de entender era que nos hablaba de un perro. Me levanté y le pedí calma abriendo mi mano y haciendo gestos,
No -te-en-ten-de-mos, cal-ma-te... Le dije muy despacio.
Sin dejar de fruncir el ceño, bajó el volumen de la voz y empezó ha hablar despacio también.
¡Pe-rro tu no mi de-ja darr-mirr ladrrarr, ladrrarr! 
Ahora lo había entendido claramente.
Impaciente, empezó de nuevo a levantar la voz.
¡¡¡Yo tirrarr pedrra perra tu no mi dorrmirr!!!  Volvió a vocear agitando el palo por encima de su cabeza.
Fijó la mirada gritando ¡¡¡Esse perra tu¡¡¡ 
Me giré y, como no, era el perro con el que íbamos, al que por tercera vez tenía que sacar de un lío en la semana que llevábamos allí. Mientras, su dueño dormía plácidamente en la tienda.
No- es- mio- y- no -me -ha-ce- ca-so, le dije bastante nerviosa.
Enfurecido empezó a caminar hacia el can, que le miraba con el rabo entre las piernas.
¿Pero que vas ha hacer?!! Paraa¡¡ Chillé para que me hiciera caso.
Se paró, me miró y gruñendo otra vez en alemán se encaminó directo a mí. ¡¡Ich werde lhren Hund zu schlagen weil es mich wach hält!!!
Joder, vaya lío,  Yo- si- co-noz-co- pe-rro- tu- no- pe-gar solté como si fuera un indio yo -coger- perro- y -ya- no- molestar -más, tu- poder- dormir rematé para que lo comprendiera, mientras el corazón me latía desbocado.
¿Perra dejarr dorrmerr? Preguntó más calmado.
Si, si -tran-qui-lo, ve-te a dor-mir, repetí.
Tiró el palo con furia y miró de nuevo al pobre perro que seguía totalmente acojonado, pegado a la tienda del dueño.
Hund tu pala no dejerr schlafen... refunfuñaba mientras se marchaba.
En ese momento se me aflojaron las piernas y me dejé caer sentada en la arena junto a mi compañera, soltando una carcajada, más por nervios que por otra cosa. Miramos a nuestro alrededor y nos dimos cuenta que nadie se había inmutado con todo el griterío.
Al instante, cuando la figura de Olaf ya no se veía, salió de la tienda el dueño del perro, preguntando que era aquel follón.
¡¡Joder...a buenas horas!! Le ladré.
Y yo, que soy bien  pensada, ni siquiera me planteé que se había quedado esperando en la tienda hasta que pasara la tormenta, para no tener que enfrentarse al vikingo.

martes, 12 de abril de 2011

Única

Hija única, sobrina única, nieta única. Dos padres, cuatro abuelos, ocho tíos. Parientes cercanos y lejanos, amigos, vecinos. Ella...única.
Cinco años de reinado, princesa absoluta de la familia y centro de todas las miradas. Cumpleaños, santos, reyes, detalles esporádicos, souvenires, centenares de regalos acumulándose en su pequeña habitación.
Nunca pedía nada, jamás se encaprichó ante un escaparate o por el juguete de otro niño. Cuando le preguntaban, si le daban a elegir, siempre escogía un libro.
La reforma se su habitación desveló la tremenda barbaridad: 213 peluches, entre grandes y pequeños, 2 cajas medianas de pequeños muñecos, pelotas de goma, pegatinas..., 43 juegos de mesa, docenas de cajitas repletas de collares, pulseras, broches, anillos, horquillas, más de 300 libros, cuentos, revistas, recortables...figurillas de adorno, cuadros, fotos, huchas, pinturas, cuadernos, maquinitas de juegos, bolsos, carteras... Una gran aberración
La decisión estaba clara. Después de la reforma, volvieron 10 peluches, una caja de zapatos como único contenedor de pequeños juguetes y una estricta selección de sus demás pertenencias. Lo único que continuó casi intacto, fue la colección de libros, aunque también sufrió una criba.
Cuando regresó de sus vacaciones, se encontró con la renovada habitación, otro color en las paredes, muebles diferentes, una nueva cama...Sus ojos se clavaron en el gran escritorio lleno a rebosar de libros, repasando sus lomos con curiosidad. Estoy segura que notó la falta de alguno, pero no dijo nada. Examinó el resto del cuarto dando muestras de su alegría, estaba encantada con su nuevo dormitorio.
DIBUJO A PASTEL DE JOPLIN
Se sentó en la cama y abrazó a su peluche,un pequeño tigre que la acompañaba a todas partes.


En realidad, lo que más necesitaba era espacio.

lunes, 11 de abril de 2011

Transformación

Es una mujer tranquila, con un buen sentido del humor, de carácter intachable y maneras exquisitas. Sabe amoldarse perfectamente a las circunstancias y posee un indudable don de gentes. Hábil y culta, está dotada, sin ninguna duda, de una gran inteligencia. Oradora en conferencias, licenciada en leyes y profesora de psicología, cultiva con afán su pasión por la filosofía. Domina el arte del taichi y practica yoga a diario. Madre paciente, esposa perfecta, incondicional amiga y mejor hija. Sus colegas de trabajo elogian su compañerismo y hasta sus alumnos la adoran. Sonriente y agradable saca tiempo de la nada para ayudar a los necesitados, voluntaria en asociaciones, presidenta por unanimidad de su comunidad, defensora de los derechos de los más débiles y ecologista convencida, es el pilar de su familia.
Todavía no logra entender que es lo que le pasa cuando se pone al volante del coche.

jueves, 7 de abril de 2011

Testaruda paranoia



Cuando
mis molinos

se convierten
en gigantes,

no hay manera
de hacerme razonar.



Ni el bueno
de Sancho

se atreve
a disuadirme.

DIBUJO A LÁPIZ DE JOPLIN

Suelto el testigo

Gabriela me pasa este formulario y yo, que no quiero ser descortés, lo contesto. Lleva tiempo saltando de blog en blog y lo que le quedará... Por mi parte suelto el testigo, si alguien lo quiere recoger aquí está. Espero no ofender a nadie.

Los dos


martes, 5 de abril de 2011

Buena chica

Manteniendo la compostura,
recatada y servicial,
me muevo con delicadeza
y suspiro sin parar. 
Impecable y bien vestida,
con perfume de azahar,
segura de mis encantos,
me dejo piropear.
Espero del caballero,
su ayuda para pasar,
que siempre me ceda el paso
y no me deje pagar.
Que el hombre
que me convenga,
me lleve hasta el altar,
entonces y sólo entonces,
saltaré a la yugular.



DIBUJO A BOLI DE CASAS

Presentes

Aunque por lo general, las personas que te conocen suelen acertar con los regalos que te agradan, hay ocasiones en las que te quedas parado ante lo que te encuentras, haciendo un esfuerzo por disimular que te parece espantoso y sin entender como se le ocurrió que te gustaría algo así.
Es tan...!!que colorido!! No deberías haberte molestado... Algo que dices con sinceridad, es una pena molestarse para no atinar.
Muchas gracias, no deberías...Repites mientras miras el objeto sin saber que más adjetivos ponerle. Lo guardas con cuidado ( no se vaya a estropear ) y sonríes esperando que no haya notado la verdad.
Una vez en casa, repasas las posibilidades: guardarlo sin estrenar y regalárselo a... joe ¿ a quien ?; abandonarlo en un cajón ignorando su existencia... no, si viene a casa sería un palo. Al final decides buscarle un discreto rincón en la casa y vuelves a sonreír, sabiendo que tiene los días contados.

lunes, 4 de abril de 2011

Una vida de docencia

Me he encontrado con el profesor de Ética del instituto, un hombre cabal dotado de el "super-poder" de la paciencia. De todos los docentes con los que me he topado en mis años de estudio, sin duda, del que mejor recuerdo tengo. Dialogante y respetuoso, en sus clases todas las opiniones tenían cabida. Incluso los compañeros que le tachaban de rollazo, reconocen el cariño que despertó en ellos y su indudable vocación de educador.
Una larga y distendida conversación rememora los años de aprendizaje, repletos de divertidas anécdotas. Tengo claro que no sabe quien soy, la cantidad de alumnos que han cursado estudios con él, hace imposible que recuerde a cada uno. Aún así, los dos disfrutamos con la animada charla, hasta que su rostro se desprende de el optimismo que siempre refleja. Un giro en la conversación provoca el cambio de tono, pausando el acelerado ritmo de las palabras. Sus ojos se entristecen al hablarme de los últimos cursos, en los que todos los intentos por llegar al alumnado han sido en vano. Se despidió confesándome que impotente, había decidido prejubilarse, totalmente vencido por el pasotismo de las últimas generaciones.
He pensado mucho en esa conversación.

viernes, 1 de abril de 2011

Funámbula

Mantengo
    como
      puedo
        el equilibrio
          en la linea
            que le pongo
              a mi hija
                como
                  límite,
sin dejar
  de repetirme
    que yo
      también
       fui niña,
            y
    


que un
   rotundo
      NO,
tiene ese
   encanto
     de lo
        prohibido
          que nos
             impulsa
                  a
              
  

                               R
                                  E
                                     V
                                        E
                                           L
                                              A
                                                 R
                                                    N
                                                       O
                                                           S