lunes, 28 de febrero de 2011

¿Porqué?

De pronto el autobús se movió bruscamente hacía la derecha,zarandeando a todos los que íbamos en él.Yo volvía del trabajo casi dormida y la sacudida me despertó,vi a los demás pasajeros observar lo que pasaba en el exterior del vehículo.Estiré el cuello todo lo que pude,para no tener que levantarme.
Un ciclista circulaba a la derecha del autobús,iba por la carretera aunque en esa calle existía un "carril bici".El autobús daba bandazos intentando sacar de la carretera la bicicleta.No me lo podía creer,¿"David contra Goliat"?La bicicleta siguió su camino esquivando las embestidas.
El conductor del autobús municipal,un hombre alto y corpulento,abrió la puerta delantera y lanzó una serie de improperios al ciclista,que continuó su rumbo como si no lo oyera.
A los pocos metros había una parada de la linea y el conductor frenó violentamente, bajó del vehículo sin dejar de gritar en ningún momento y fue directo al ciclista que se defendía,ahora sí,de el acoso al que le sometía el individuo.
Los que nos encontrábamos en el "bus"contemplábamos estupefactos lo que estaba ocurriendo,así como unos pocos peatones que pasaban por allí.Algunos de los que asistíamos  a tan burdo espectáculo,ya desde un principio, intentamos que el conductor entrara en razón siendo totalmente ignorados.
Durante unos minutos los dos protagonistas continuaron enzarzados en una tremenda discusión.El empleado municipal,fuera de sus casillas,sostenía que las bicicletas tenían la obligación de circular por el carril habilitado para ellas y el ciclista defendía que no existía tal obligación,era algo opcional.
Parecía que el conductor del "bus"volvía para subir al vehículo,cuando se giró repentinamente propinando un golpe poco certero al alucinado ciclista, que consiguió sortear el zarpazo.
Los espectadores chillamos y protestamos por tamaño atropello,pero nadie se atrevió a enfrentarse con un hombre encolerizado de semejante envergadura.
El energúmeno subió rápido al vehículo,quizá dándose cuenta de lo que había hecho.El silencio era absoluto,ninguno de los que estábamos allí dijo nada,solamente el conductor refunfuñaba entre dientes.Continuó el trayecto.
Me bajé en la siguiente parada,que no era la mía y volví corriendo hasta donde se encontraba el ciclista,rodeado de gente que "no había visto nada".Hablé con él y le dije que me prestaría como testigo si lo necesitaba.Sus ojos se abrieron sorprendidos,no entendía porqué le ayudaba.¿Como? Lo que yo no entendía es que los demás no lo hicieran.Le dí mi número de teléfono y me marché a casa.
Pasadas unas horas,me llamó por teléfono desde la comisaría,necesitaba mi número del D.N.I.
¿Porqué?Preguntó de nuevo ¿que sacas tú de esto?
Me reí.

3 comentarios:

  1. Pena de sociedad en la que extraña la ayuda desinteresada y provoca desconfianza.
    Saludos frescos y besos tiernos

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  2. Jajajj Espero no encontrarme con ese autobusero.
    Un abrazo:)

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  3. Un gesto muy bonito Joplin. Te lo considero en mi doble condición de persona y ciclista.

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