Hacía días que la encontraba
extraña, al regresar del colegio, se encerraba en su habitación. Cuando le preguntaba, su respuesta era siempre la misma, "no me pasa nada", pero yo sabía que algo ocurría.
Pensé que estaría pasando por las cosas típicas de su edad, una riña de amigas, le gustaría algún chico, problemas existenciales...
Me dolía un poco que ya no confiara en mi como antes, pero necesitaba su espacio y yo lo entendía.
Pasada una semana, una tarde la oí hablar en su habitación y acto seguido salir corriendo a la cocina y volver a entrar con mucha prisa. Piqué a la puerta y pregunté si todo iba bien, "si mamá"me contestó bastante agitada al abrir la puerta, y un fuerte olor a humo salió de la habitación.¿Estas fumando? "no". Huele a tabaco, no me mientas hija, confía en mi. Sus ojos pusieron una expresión de tristeza que, por supuesto, me conmovió. Cuéntame, insistí acercándome.
Prométeme que me dejarás quedarme con él, dijo con vocecilla cameladora, ¡por favor!
Acercó su mano y me enseñó un pequeño dragón de nariz humeante. ¡Por favor mamá, le cuidaré muy bien!¡Porfa!
¡Jo! ¡Yo quiero uno como ése! Es una monada.
ResponderEliminarY tu historia encantadora.
Salud y besos.
Ohh un dragoncito, que tierno! Mira la parte positiva más vale que quiera tener en su habitación de mascota a un dragoncito que a un adolescente.
ResponderEliminarMe gusta mucho esta mascota ***
ResponderEliminarUn beso o 2 *
El fuego de los dragones aviva los sueños infantiles. Soñar con dragones aviva sus juegos.
ResponderEliminarO eso dicen. Salud.
Una historia muy tierna!!!
ResponderEliminarY qué preciosa imagen
Besos, Joplin
El que fuma es el dragón.
ResponderEliminarSeguro que también bebe.
Besos.
Jajajaja con los comentarios de Toro me muero. Recuerdo cuando yo quise tener una lagartija de mascota, pero mi madre no lo comprendió... desde luego hay madres para todo.
ResponderEliminarUn abrazo ;)
Luego crecen y...
ResponderEliminarA ti te preocupa el espacio de los hijos eh? jaja
ResponderEliminarOye, esta historia (que tiene mucho de verdad fantástica) me ha encantado, será que esos mitológicos seres me llaman!
Un abrazo!!!
Lo malo de los dragones es que crecen un montón, a mi me regalaron uno con las "Crónicas de la Dragonlance" y al final lo tuve que regalar porque la casa era muy pequeña para una familia numerosa y un dragón. Un post estupendo Joplin.
ResponderEliminarUn saludo.
Es precioso!!!! el bichito y el micro
ResponderEliminarSaludillos
Me has enternecido con este texto... qué imaginación la tuya.... y la foto es genial.
ResponderEliminarBesitos, pasa buen fin de semana
Cita
De pequeña tuve un grillo en una jaulita. Pobre animal...
ResponderEliminarAhora ni una hormiga, ni un pez, ni na de na, pero si encontrara un dragoncito de esos...ya te lo mando,jijijijiji.
Besu.
Jolín. La mamá tiene un problema. Cuando crezca el dragoncillo...
ResponderEliminarBesos.
Mi hija siempre pide ese deseo: tener un dragón por mascota.
ResponderEliminarqué ternurita
ResponderEliminarSi es que no hay como un dragón para encenderte el calentador de la cocina.
ResponderEliminarBlogsaludos
¡Naturalidad! Sin poses ni aspavientos. He insistido tanto en ella cuando narramos, sin trucos, zancadillas ni trampas para el lector ¡ahí tienes un clásico! Seguro que lo será. No hay maquillajes ¡la magia brota de la naturalidad! -Estoy emocionado, por eso lo de repetitivo-.
ResponderEliminarUn fantástico abrazo natural.
Lo malo va a ser cuando crezca, jajajajaja. Es que estos niños ya no saben que pedir. Muy chula la entrada bonita. Besos.
ResponderEliminarPero qué delicioso relato, Joplin!
ResponderEliminarEse dragón os abrirá la puerta a la fantasía de su linaje.
Por favor, si conseguís criar estoy interesada en un cachorro de dragón. Fascinante.
Besos
¡Yo quiero uno! Preciosa foto y un relato muy tierno.
ResponderEliminarBesos.
Bueno, habrá que buscar una casa más grande.
ResponderEliminarUn final muy sorprendente. Me gusta.
Conozco una historia de un dragón que se hizo mayor y raptó a la niña.
ResponderEliminarEra un sádico y todavía lo andan buscando.
Dile a la niña que le ponga correas y que no haga caso a los cantos de sirenas, suelen ser unos mentirosos embaucadores.
Saludos.
Sin más dilación cómprale a la niña un extintor
ResponderEliminarPara cuando al dragoncito le de algún estertor
el fuego lo pueda apagar y no le cause ningún dolor.
Gracias por tu generosa visita
Tu oasis cultura y emocinal es precioso
!Que mono es un encendedor perfecto !
ResponderEliminarUn besote
Después de una semana sin probar bocado,las galletas y la leche que le intentó dar mi hija no le gustaron,el pobre estaba en los huesos y decidimos llevarlo de nuevo donde lo había encontrado. Una vez allí su madre nos recibió con un tremendo rugido y una bocanada de fuego, no es para menos, si alguien se hubiera llevado a mi cachorro yo también estaría muy enfadada.
ResponderEliminarDesde entonces no me ha vuelto a pedir una mascota...¿Cuanto aguantará?
Gracias a todos por vuestros apuntes,me alegra teneros aquí.
Salud.
Un saludo y bienvenida a
ResponderEliminarmflorencia,
Julio Díaz-Escamilla,
Elysa,
Citizen-0,
Javier y
Jose.
Es un placer vuestra visita.
Salud.
Qué bonita historia, y sobre todo me ha gustado cómo terminas la historia en tu comentario ;)
ResponderEliminarQué bellezas mi niña, qué belleza, de verdad te lo digo!!!
ResponderEliminarUn encanto de relato.
Un fuerte abrazo.
Sigo leyendo los demás que me faltan.