Protagonístas:
- El administrador: Hombre de avanzada edad, con gran paciencia y dotado de un indudable don de gentes, amigo del diálogo, que no escatima esfuerzos a la hora de llegar a acuerdos positivos para todos.
-La hija: Mujer de mediana edad y carácter tranquilo, con gran capacidad para amoldarse a las circunstancias.
-La vecina: Mujer madura y ruda, con escasa capacidad para el diálogo y un rico vocabulario soez, que no duda en emplear en todo momento.
Prólogo:
Años de ardua labor, en las que el administrador hace funciones de presidente conciliador de la pequeña comunidad de vecinos, llevan a un estado de frustración al paciente hombre, incapaz de hacer razonar a la vecina del 1º. Encontrándose en situaciones propias de un guión de Almodovar, cada vez que tiene que tratar con dicha vecina, su delicado corazón sufre las consecuencias.
Primer acto:
La llegada a casa de su padre al borde del colapso, pone en pie de guerra a la hija de este, que, aunque tranquila, goza de una mala leche excepcional. Decidida a acabar con el atropello al que su padre se ve sometido a causa de la viperina lengua de la vecina del 1º, pide a su progenitor que le explique el tema a tratar para hacerse cargo de él. Dudando de que lo consiga, el hombre le cuenta que se trata de una factura, de las muchas que debe la susodicha, que se tiene que abonar a los operarios que hicieron el arreglo y que esta se niega a pagar.
Segundo acto:
Factura en mano, la hija, llama a la puerta de la vecina del 1º. Como no puede ser de otra manera, esta abre haciendo gala de su inagotable verborrea y su capacidad para comunicarse mediante el grito. Sin despeinarse siquiera, la hija avanza dos pasos, se sitúa cara con cara con la acalorada vecina y comienza ha dirigirse a ella en el mismo tono y vocabulario que esta, haciendo uso de se gran habilidad para amoldarse a las circunstancias. Después de cinco minutos de sonoros chillidos y descalificaciones, la vecina parece reaccionar, y baja el volumen de la voz atendiendo las explicaciones de la hija y llegando a un eventual acuerdo, del que esta, no se fía demasiado.
Tercer acto:
Pasadas dos horas de la agradable conversación mantenida entre las dos mujeres, la vecina llama al timbre de la puerta, y la hija la recibe. Un cambio claramente perceptible en el tono, volumen y contenido de las palabras de la vecina, llevan a un compromiso de esta para abonar sus facturas y mensualidades pendientes, concretando fecha para el día siguiente.
Acto final:
Al siguiente día, el administrador comprueba que la vecina del 1º ha abonado todas las cuentas pendientes con la comunidad. Felicita a su hija por la buena resolución del conflicto, sin preguntar como consiguió que razonara tan ruda mujer. La hija se limitó a decirle que con la vecina del 1º, desde ahora, trataría ella.
la moraleja me parece un poco descorazonadora
ResponderEliminar¡Jeje! Parece que la solución estaba precisamente en 'ponerse a la altura' de la chabacana vecina.
ResponderEliminarMuy original la estructura teatral que le has asignado.
¡Bravo, joplin!
Salud y besos.
Siempre hay que manejar varias armas.
ResponderEliminarQue historia más triste...
ResponderEliminarja ja, entre mujeres sabemos como hacernos frente!
ResponderEliminarUn hurra por la hija!
Besos, Joplin
La letra con sangre entra.
ResponderEliminarBesos.
jeje, esta historia me suena... no se trata de facturas y tampoco es con una vecina pero sí me ví en la obligación de decirle a mi madre que a partir de ahora, con esa persona trataría yo. jeje
ResponderEliminarBesos niña
Cita
Vaya con la negociación.
ResponderEliminarPues si, hay gente con la que las buenas formas no valen. Buen retrato.
ResponderEliminarBesu.
El teatro me encantó, que verdad es que a veces basta solo con ponerse en el lugar del otro. Un beso.
ResponderEliminar¡Que triste!
ResponderEliminarMe gustó voy a por más
besos
Ya te animas hasta con el teatro!!! jajaja
ResponderEliminarMuy bueno Joplin!!!!
Abrazoss!!
Vaya, que tipa más dura :DD Me ha parecido muy divertido en el inicio, y muy reflexivo al final, con dudas recurrentes. Me imaginaré la situación de ambas formas, Tarantino o Paulo Coelho, según me dé el día :DDD
ResponderEliminarUn abrazo :)
Me gusta esta obra de teatro. Por cierto... me podrías prestar a la hija, solo sería un rato.
ResponderEliminarBesos.
No siempre ess la solución pero hay veces que hay que ponerse a la altura de los impresentables para que entren en razón
ResponderEliminarbuen ejemplo
Me gustó el cuento, je, je.
ResponderEliminarPero, tristemente, no funcionaría así. La gente soez y grosera está muy entrenada en esas formas, si nos vamos a su terreno, estamos perdidos.
Besos, Joplin.
Volveré, dormiré otro rato y vendré a leer, no me lo pierdo a menos que algo me lo impida y espero que no.
ResponderEliminarBesos y hasta más tarde.
No sé qué le habrá dicho, pero cada vez que tenga que hablar con mi padre creo que voy a llamarla.
ResponderEliminarUn beso o 2 ****
¡Bravo Joplin! Yo lo digo siempre, para ir a la guerra hay que ser soldado.
ResponderEliminarEl vídeo de mi post es de los últimos tramos de la subida a la Peña de los Cuatro Jueces, así que no ibas desencaminada.
Ha sido una sorpresa descubrir que estás tan cerca, disfruta las sendas, yo también lo hago.
Qué bueno Joplin!
ResponderEliminarDonde fueres haz lo que vieres... se podría aplicar al caso.
La hija ha sido audaz y resolutiva. Las personas así son una maravilla.
Me ha gustado mucho la historia, el tema de la estructura es genial, como todos tus relatos en los que además hay mensajes muy interesantes.
Un abrazo y... salud (como te sueles despedir)
La verdad es que resulta bastante triste tener que llegar a estos términos. Aunque por otro lado,consiguió lo que ningún otro miembro de la comunidad en más de quince años (que se dice rápido),además desde aquel día se saludan cordialmente y se hablan en buen tono.¡Esperemos que dure!
ResponderEliminarSalud y gracias por la compañía.
Un diez para la hija, sí señora, con ciertos tyranosauros no hay otro modo de dialogar.
ResponderEliminarMuy bueno Joplin :)
Creo que lo hizo muy bien, pero no siempre saldrán así de bien las cosas. Aquí son las 10:29. Allí es de mañana ya. Dije que vendría más tarde y así, satisfactoriamente lo he hecho, me gusto cuando lo hago.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo querida Joplin. Ahora voy a por el más reciente post.