Me despertó el timbre de la puerta.Cuando me contó las malas noticias mi estómago y mi corazón se retorcieron.
Estaba soñando con él.Hacía mucho que no le extrañaba a pesar de que su recuerdo siempre me era grato.Y precisamente hoy...
Esa prolongación ficticia de la vida que el cerebro crea en los sueños, me deja asombrada en muchas ocasiones.
Aunque soy una incrédula convencida,sentí como si ese sueño fuera una despedida.O es lo que quise sentir.
Hola.
ResponderEliminarExplorar el rico mundo onírico. Me gusta esa vía.
Un beso
¡¡Hola Sara!!Que alegría.
ResponderEliminarGracias por tu aportación,la tendré muy en cuenta.
Desde siempre recuerdo claramente los sueños y aunque son bastante inverosímiles me fascina su relación con mi realidad.
Besos